Dirigentes sindicales de las ensambladoras de vehículos: Ford, Chrysler, Toyota y de las autopartistas Ocimetalmecánica, Mamusa, Dana Tuboauto, Filtros Wix, Dana Soluciones Estructurales, se pronunciaron en contra del lockout patronal de la Mitsubishi y lo denunciaron como una nueva fase de un plan político orquestado por las trasnacionales, que persigue el exterminio de la clase obrera organizada en el sector.
Rechazan que MMC actúe bajo la misma receta de la General Motors en cuanto pretende chantajear y presionar al gobierno y a los trabajadores con los puestos de trabajo; condicionando la apertura de la planta a que los trabajadores renuncien a pelear por sus derechos y además expresaron que están organizando una reunión de emergencia para apoyar a los trabajadores de la MMC en Barcelona y solicitar que los entes del gobierno los reciban para que también escuchen la versión de los trabajadores.
A continuación le presentamos la declaración que nos enviaron los dirigentes sindicales de la industria automotriz:
“Los trabajadores de la industria automotriz rechazamos contundentemente el lockout patronal que practica la transnacional nipona Mitsubishi; sobre todo porque dicha medida es resultado de un experimento de laboratorio de la patronal contra sus trabajadores y el sindicato, expresada en anteriores oportunidades y que en el pasado mes de enero se reflejó en la batalla que libraron nuestros compañeros de Barcelona en contra de la tercerización y que tuvo como saldo la muerte de dos hermanos de clase, los compañeros José Marcano y Pedro Suárez, asesinatos estos aún no esclarecidos en su totalidad.
La MMC actúa bajo la misma receta que aplicó la General Motors en cuanto pretende chantajear y presionar al gobierno y a los trabajadores con los puestos de trabajo; hoy la MMC manifiesta su rabia hacia sus trabajadores en un comunicado en donde los descalifica ante la opinión pública y dan a recalcar que lo que les importa es su productividad, por encima de resolver los graves problemas que aquejan a sus trabajadores; además en una clara práctica anti sindical condiciona el reinicio de sus actividades a la desaparición del sindicato, actitud que repudiamos con contundencia.
Por los diferentes medios de comunicación se ha desatado una feroz ofensiva mediática en contra de los trabajadores de la MMC y su organización sindical, hecho que todos los trabajadores organizados debemos repudiar; ya que se asemeja a la matriz que se desarrollo antes y durante el conflicto de enero.
La realidad de la industria es que los empresarios pretenden que los trabajadores renunciemos a nuestros derechos constitucionales y legales de obtener mejoras socioeconómicas, pero que también renunciemos a la lucha por mejores condiciones de salud y vida en el trabajo.
Los empresarios no aceptan que los trabajadores automotrices rechazamos seguir produciendo con extremadas condiciones de riesgos y hemos emprendido una lucha para combatir las condiciones de trabajo que nos producen enfermedades ocupacionales. Estas condiciones de riesgo se deben a que estos empresarios no invierten en tecnología, pues no les interesa el país.
En la MMC se manifiesta parte importante de nuestra lucha, por ello los empresarios hoy apuestan a derrotarnos y consideraron propicio el momento en el que el sindicato de MMC introduce el proyecto de contrato colectivo ante el Ministerio del Trabajo.
Entre las cinco principales ensambladoras de vehículos que operan en el país existen más de mil trabajadores enfermos y los patronos no quieren responsabilizarse ni invertir en mejoras en los puestos de trabajo.
En los diez años de gobierno del presidente Chávez se han vendido más de dos millones de vehículos en Venezuela, la industria automotriz ha sido el sector económico más privilegiado en la asignación de divisas y favorecido por programas gubernamentales como el Plan Venezuela Móvil y los empresarios no han invertido un bolívar en traslado de tecnología, más bien utilizaron todo esa bondad económica para traer carros importados a granel, mientras pudieron.
Los empresarios automotrices vienen desarrollando una nueva fase de tercerización; ante los ojos de las instituciones del gobierno y sin ningún tipo de actuación para contrarrestarlas han cerrado doce plantas de autopartes, para transformar la relación de trabajo con cooperativas, tercerizando la mano de obra.
Aún no se resuelve la situación de Rialca, Vivex, y Autotex, los patronos cierran Johnson Control y Lear pero los empresarios sí reciben licencias de importación y dólares para traer ruedas de aluminio, vidrios y asientos.
La General Motors cabalga en un proyecto de tercerización con fraude a la ley en su planta de Mariara, recibe estímulos de las autoridades, exenciones de impuestos y otros beneficios, mientras echa a la calle a tres mil quinientos trabajadores en la planta de Valencia. ¿Es ese el plan de la Mitsubishi? Los empresarios también aumentan los precios de los vehículos sin control alguno, trasladan la producción y la manipulan de acuerdo a la coyuntura política del país y a situaciones internas como ocurrió en Chrysler de Venezuela durante su contrato colectivo y hoy está ocurriendo en MMC y Toyota.
Le solicitamos como en otras oportunidades a los ministros de Industrias, Comercio, Cadivi, la Asamblea Nacional y el Ministerio del Trabajo, que escuchan a los empresarios, que también escuchen la parte de los trabajadores. Nosotros, desde hace más de tres años hemos venido planteando con franqueza que la industria está en crisis y que su situación real es que somos los trabajadores y el pueblo los que la estamos padeciendo y que la única manera de resolverla es reformulando las políticas de la industria, en atención al proyecto de país que se propugna desde el discurso del presidente Chávez.
Esperamos que cuando se dispongan a escucharnos no sea tarde, como lo es para algunos trabajadores y sobre todo los de las doce empresas cerradas por la patronal”.
